La Daga Obsidiana
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La muerte no es el fin.

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Mensaje  Daghur Lun Oct 05, 2015 8:11 pm

Algunos pocos datos sobre que fue Daghur en su anterior vida, su alzamiento como no-muerto y su desicion final...


Darius Ghurton, un joven nacido en el reino de Lordaeron, hijo de un gran guerrero que participo en la Segunda Gran Guerra y una renombrada zahori del Kirin'Tor.  Vivio como granjero hasta sus 18 años, entrenando junto a su padre constantemente, quien, al ver que su hijo no poseía un cuerpo capaz de manejar una pesada armadura ni espadas de gran tamaño, opto por otros métodos de combate, el arco, la pica, incluso el baston, pero lo que realmente apasiono al joven fue la táctica de combate dual, utilizando simples dagas de corto alcance, rápidamente se convirtió en un hábil guerrero capaz de atacar con rapidez y presteza. Esto enorgullecio a su padre, motivo por el cual decidio cumplir el sueño del joven, que era visitar los barracones y el castillo del Rey, algo que no seria difícil para un héroe reconocido como su padre. Luego del paseo, Darius prometio a su padre servir a su reino, al cabo de dos años, a la edad de veinte, Darius cumpliría su promesa y se alistaría en el ejercito de Lordaeron, como otrora su padre hizo.

Pasados unos pocos meses, siendo ahora un aguerrido soldado, fue llamado al campo de batalla, los muertos se habian alzado de sus tumbas y se requeria del regimiento a cargo del hijo del Rey, Arthas Menethil, para enfrentarlo, por lo cual Darius fue enviado a las Tierras del Este. La Plaga, en ese entonces desconocida, habia invadido estas tierras y el, feliz de servir a su reino, solamente encontro su muerte...

Pasaron meses hasta que el joven Darius volvio a ver la luz del dia. Entumecido, confundido y desorientado la contemplo con desden, aquella no era la luz que el recordaba, la muerte se respiraba en el aire, el ambiente era pesado y oscuro… Fue entonces cuando lo contemplo, la desesperación recorrio su cuerpo, a la vez que una tranquilidad totalmente ajena a el lo invadia. Arrodillado junto a el se encontraba una de esas grotescas criaturas, uno de esos monstruos que le habían quitado la vida a el y a tantos de sus camaradas… No logro comprenderlo en el momento, pero poco a poco su mente se esclarecia, el había muerto, pero ahora estaba vivo… No entendia el como, pero no vio odio ni bestialidad en aquel ser que lo contemplaba con paz,  a medida que los segundos pasaban comenzó a darse cuenta el porque… El era igual que aquella criatura, aquel cadáver andante, su nueva vida le fue otorgada al costo de dejar atrás su humanidad, esto no lo afecto, estaba tan feliz de volver a ver lo que en algún momento fue su hogar que dejo de lado todo lo que tuvo que sacrificar para verlo una vez mas…

Aquella criatura se llamaba a si mismo Gustav, antiguo ciudadano de Lordaeron, fue el primero en explicarle a Darius la situación en la que se encontraban, la invasión de La Plaga, la caída de Lordaeron y los Reinos del Este, el alzamiento del Rey Exanime y la liberación bajo el yugo del mismo de la que ahora era su líder, Sylvannas Windrunner.
Gustav le propuso caminar hasta una casa en las cercanías del Camposanto donde podrían hablar mas tranquilos, a medida que se aproximaban el joven contemplo a varios mas de los que luego pasaría a llamar “hermanos”, aquellas criaturas, al igual que Gustav no lo contemplaban con odio, lo comprendio, el ya era uno de ellos, esto era común, no les sorprendia ver a alguien alzado desde su propia tumba.

Gustav se sento junto a Darius en una mesa en aquella casa destruida, arruinada por el pasar del tiempo. Comenzo entonces a contarle poco a poco todo lo sucedido con detalles. Darius fue comprendiendo entonces porque se encontraba ahí, junto a ese ser, Lordaeron había caído, y la ultima defensa de la Horda en ese lugar era el contingente de no-muertos que permanecia bajo las ordenes de Sylvannas, dicho esto, necesitaban todas las fuerzas posibles que tuvieran a su alcance, los muertos volverían a ser alzados de sus tumbas, pero esta vez, en defensa de su reino, muchos no sobrevivían a la resurreccion, se volvían locos o simplemente huian, en cambio otros, como Darius, aceptaban esto como una continuación de su antigua vida, abrazándola y aceptandola…

Gustav le dio a Dairus una ultima eleccion, servir a Sylvannas, o marcharse por su lado como varios antes de el lo habían hecho. Solo le tomo unos minutos al no-muerto decidirse, el que antes había sido su amado Reino ahora se encontraba desolado. Su hogar, destruido. Su familia, muerta. La decisión era clara, se puso de pie, reposo sus brazos sobre aquella mesa destartalada y respondio a Gustav en la manera que un antiguo soldado de Lordaeron de lo hubiera hecho:

- Esta es mi patria, hice un juramento en mi otra vida, jurandola protegerla de todo peligro, en esta vida… O en la otra.

Ante estas palabras Gustav se puso de pie, saco de entre sus ropajes un pequeño cuchillo y se lo dio a Darius al paso que pronunciaba unas palabras que dejarían atonito al ahora tan decidido no-muerto:

- Creo que esto es tuyo, bienvenido a casa, hijo…
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