Arenthos Brizaputrida

Nombre: Arenthos Brizaputrida
Raza: elfo de sangre No-muerto
Clase: Forestal obscuro
Edad: 120 años
Lugar de Nacimiento: Quel´talas
Alineamiento: Neutral Malvado

Apariencia: Posee la apariencia de un elfo sin embargo, su piel es muy palida de un tono azulado, su cabello es completamente blanco y sus ojos brillan con una tonalidad color rojo. Su compleción es delgada ya que la no vida no lo a tratado bien, en su espalda tiene una gran cicatriz que la divide en dos, aquella cicatriz esta aun cocida con un grueso alambre de metal, para mantener todo en su lugar…

Personalidad: Antiguamente lo que era un joven y alegre elfo se convirtió en un frio, callado y sarcástico no muerto, tiende a guardarse su verdadero forma de pensar para el y tal vez para las personas de confianza

Historia: Fue hace un par de años… en el que Arthas Aquel rey traidor no solo de su reino, si no también de la luz comenzó su cruzada para asaltar Quel´talas en busca de la fuente del sol.

Arenthos, un joven y prometedor forestal que guardaba la primera puerta del prosperaste mundo  elfico. Miro con sus propios ojos aquella horda de cadáveres putrefactos acercarse ferozmente con el propósito de propagar muerte y corrupción a todo lo que lo rodeaba.
Arenthos sentía la necesidad de luchar contra esta plaga que asediaba su hogar, sin embargo por su aun inexperiencia la forestal en jefe Sylvanas Brizaveloz se le encargo la tarea de ser un mensajero, se le confió la tarea de llevar un importante mensaje… “ayuda, los muertos se han levantado Envíen ayuda” a pesar de que esta tarea no le agradaba no dudo en encaminarse a través del bosque cumplirla no solo por su deber, ya que el había visto con sus ojos que con cada aliado que caía un enemigo más se agregaba a sus filas.

Además sabia que había alguien en la ciudad que le importaba, temía por la vida de su pareja Sinael, que por suerte ahora mismo no se encontraba en servicio. Ambos servían como forestales, ambos eran prometedores…sin embargo solo uno de ellos callo ese día.
Mientras Arenthos corría rápidamente a través del bosque fue emboscado por moustrocidades voladoras de la plaga, a pesar de que un segundo antes reacciono al taque de esas bestias, sucumbió rápidamente ante la perdida de sangre. En sus pensamientos una y otra vez se repetían estas palabras “ le falle…a todos” mientras se desangraba por una herida en la espalda.

El asalto de Arthas tubo éxito, la fuente del sol fue tomada…sin embargo la paz de la muerte no le fue concedida… las gárgolas llevaron su cadáver hasta la Ciudad de la muerte donde su moribundo cuerpo fue llevado a una sala junto a cientos de sus hermanos que yacían en su misma condición,  forestales que habían caído en combate pero no estaban muertos.

Fue entonces cuando Arthas entro en aquella sala, “levántense sirvientes de la plaga Y sirvan a su rey!” su espíritu fue arrancado de su cuerpo…y ahora se había convertido en un fantasma sin voluntad propia, junto a muchos de sus hermanos…  “ Gloria a la plaga…” fue lo primero que dijo de sus fantasmales labios, en unísono junto a sus hermanos.

Fue llevado junto a la plaga a lordaeron donde se establecieron los suyos, creía que aquel maleficio duraría para siempre, sin evargo… sintió lentamente como sus pensamientos regresaban y como recuperaba su voluntad. Liderados en la vida y en la muerte por Sylvanas Brizaveloz recupero su cuerpo y ayudo a liberar a lordaeron de la plaga, con el deseo de redimirse y vengarse de la plaga.

El se convirtió en uno de los forestales obscuros de sylvanas y acepto su nueva no vida dejando a tras sus errores y su antiguo amor. Sin embargo. Tiempo después se le encargo la tarea de volver a si antiguo hogar… para ayudar a luchar contra las fuerzas restantes de la plaga en las tierras fantasmas, a pesar de que cubria su cara, tenia un nuevo nombre y no hablo mucho…había alguien que si lo reconocia, su antiguo amor Sinael…