Victorique Brisamuerta

Nombre Completo: Victorique Brisamuerta
Alta Elfa - Caballero de la Muerte
Edad: 317 años

Lugar de Nacimiento: Lunargenta, Quel'thalas
Alineamiento: Neutral Caótica

Apariencia: De esbelta figura, algo delgada a pesar de notarse su musculatura. En vida era una sonrosada elfa de rubia cabellera y ojos color plata, actualmente su cabello tornó negro, su piel empalideció y sus ojos tomaron un brillo azul espectral que desafía con tan solo posar la mirada. Si bien posee varias cicatrices, la única que resaltaría sería una en su pierna derecha, la cual es practicamente imposible de ver, ya que jamás se quita su armadura negra.
Porta consigo una gran hojarruna, la cual se le fue otorgada una vez en Acherus. Este arma fue denominada "Insolencia" por la elfa, quien a veces es llamada la "Insolente" a partir de su arma.

Personalidad: En vida fue una elfa alegre, preocupada por los suyos quien repartía cariño a todos sus allegados, quienes la conocieron así la recuerden como la mujer que se desvivía por cuidar de su pequeña y quien estaba irremediablemente enamorada de su esposo. Algo estricta a veces, era una forestal que amaba su profesión, quien disfrutaba las vigilias en los bosques de Quel'thalas.
Pero Victorique hace tiempo dejó de estar viva. Con su terrible muerte en la defensa de su hogar, y al ser levantada por la plaga como una campeona de la misma, perdió la alegría, tornándose taciturna, osca y poco amigable. Bastante reservada, solo habla en caso de ser necesario, no admitiendo discusión alguna a su palabra, la cual toma como una sentencia irrefutable. Lucha día a día con el conflicto de su propia muerte y lo que hizo en nombre de la Plaga, lo cual hace que siempre se sienta atormentada por el pasado. Es también su pasado lo que la mantiene "consiente" puesto que lucha pura y exclusivamente para ganarse el perdón de su hija, o al menos asegurarse de que el mundo donde esta vive no vuelva a ver atrocidades semejantes a las padecidas.

Historia:
Victorique era la mayor de dos hermanos, ambos de una pequeña familia comerciante radicada en las afueras de Lunargenta. Allí la pequeña solía echar a andar por los bosques, volviendo cansada y deseosa de recorrer aquellas tierras de principio a fin, fue por ello que con los años no sorprendió a nadie que se enlistara como forestal, donde si bien no resaltó mucho al principio, demostró luego ser una gran exploradora. Fue allí donde conoció a su primer y único novio, un elfo algo mayor que ella llamado Withaen Soldistante. Tampoco sorprendió a la gente cuando ellos decidieron casarse.
Algunos años después, nació su pequeña Mei, la cual fue, es y será la luz en la vida(y no-vida) de su madre. En un principio le costaba alejarse de la pequeña para realizar sus deberes como forestal, pero con el tiempo, y viendo la afinidad que tenía esta con su hermano, comenzó a sentirse segura de no estarle encima. Con los años, al ver la afinidad que demostraba la pequeña para el estudio de la magia, fue enviada a estudiar magia en las mejores escuelas de Lunargenta.
Y como todos sabemos, la Plaga llegó. El cuadro perfecto que completaba la pequeña familia fue destrozado por la muerte. La pareja de forestal estuvo en la defensa de su tierra, donde lucharon de forma aguerrida, pero fueron sobrepasados. Withaen murió delante de su esposa quien ante aquel terrible hecho luchó con desesperación para alcanzar el cuerpo de su esposo. Pudo defenderlo lo suficiente para que algunos otros forestales pudieran quemar el cuerpo y protegerlo de ser otro en contra suya, pero no pudo luchar contra lo que sucedió. La clara figura de un enano arremetió contra la elfa, lo último que recuerda de su vida es pensar en su hija, que estuviera bien, y que no pasara frío. Murió llorando.
Poco después, fue levantada de la muerte como Caballero de la Muerte. Allí en Acherus luchó contra la Cruzada Escarlata, asesinando y cometiendo atrocidades de las que luego se arrepentiría eternamente. Fue en la Capilla de la Esperanza de la Luz donde recobró la conciencia, dónde sintió la tormenta de dolor que había causado en su misma mente. Aquel dolor la instó a unirse a la Horda, quienes ahora "protegían" a su gente. Poco después, Azeroth se levantó en contra del Rey Exánime. En aquel momento, al igual que todos sus compañeros de la Espada de Ébano, Victorique se unió a la afrenta, luchando en primera línea para salvar, para remediar, para vencer a quienes le habían destrozado la vida.
Fue por ello que llegó a aquella Dalaran flotante, aquella ciudadela en la que se encontró con la representación misma de su vida. La pequeña Mei, vistiendo los colores de los Atracasol, dio cara a cara con su madre, vistiendo los colores de la Muerte. Fue una discusión de pocas palabras, en las cuales por más que lo intentase, su hija solo le denotó su odio, esbozando palabras que aniquilaban el poco ánimo de su madre. Con lo poco de alma que le quedaba, ahora destrozada, la elfa se dirigió a Corona de Hielo en la lucha contra la Plaga. Una vez este enemigo vencido, volvió a los ejércitos donde intenta de alguna forma remediar el daño hecho y ganar la aceptación de su hija.

Imagen de Personaje:

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